CONGRESO SINDICALISTA.
En 1918 Castro del Río se proclama capital del sindicalismo cordobés al triunfar los movimientos huelguísticos de Noviembre del mismo año.
El día 4 de este mes se declara una Huelga general que dejo paralizada a toda la campiña, y el 18 del mismo se firman en Castro las bases de trabajo. Aceptándose íntegramente todas las peticiones. Estas se habían preparado secretamente en el Congreso sindicalista celebrado los días 25 al 27 de Octubre en la localidad.
Éste se celebro en el local del Centro Instructivo y acudieron o se adhirieron, casi todas las organizaciones anarcosindicalista de la campiña, algunas socialistas y varias de las provincias limítrofes. En total treinta y siete.
Los trabajadores locales llegan en un ambiente depresivo a este congreso después de haber perdido por primera vez una huelga organizada por este Centro . La del 20 de septiembre. Su planteamiento era absurdo; el campo no necesitaba ninguna labor urgente; la provincia estaba tranquila, y en aquellos días pudieron concentrarse abundantes fuerzas de la guardia civil. Así que a los veinte días los trabajadores se rinden sin haber conseguido ninguna mejora.
Para no caer mas en estos errores se firmó en este congreso entre otros; un acuerdo para no terminar ninguna huelga hasta que no quedara resuelta.
Los puntos más importantes que se fijaron fueron:
1.- Abolición completa del trabajo a destajo para ambos sexos.
2.- Que la fijación de salarios para uno y otro durante la temporada de invierno se fijaría autónomamente en cada localidad por sus respectivos Centros Obreros.
3.- Que antes de llegar a una Huelga se gestionaría por los delegados obreros de toda la comarca la aprobación de las bases de trabajo de cada pueblo.
4.- Que si por causa justificadas fuese un pueblo a la Huelga, las organizaciones obreras representadas en el congreso mandarían, si estaba cerca el pueblo en huelga, comisiones obreras a todos los sitios donde trabajasen obreros.
5.- Que hasta tanto que la tierra no sea de los que la trabajan, se exigirá de los municipios, gobiernos y ministerios el empleo de todos los obreros parados.
6.- Implantación de la jornada máxima de ocho horas de trabajo para los obreros de las fábricas de aceite.
7.- Que se aplique la Ley de Accidentes del Trabajo al obrero del campo.
8.- Que los pueblos queden autónomos para pedir a los patronos u obligarles al reconocimiento de las Sociedades Obreras.
9.- No colocar a ningún obrero forastero mientras hubiera algunos de la localidad parado.
10.- Que en los ataques conjuntos se presentaran a los patronos en mismo día las bases de trabajo.
Es raro que esta información nos la aporte Bernaldo de Quirós y no Juan Díaz del Moral; posiblemente le llegara de mano de éste último o bien del Instituto de Reforma Sociales donde trabajó.
De estas bases podríamos coger puntos imteresantes de discusión. El trato a los forasteros ante el local, el peso que tenía el parado dentro de los sindicatos y el trabajo a destajo.
martes, 12 de octubre de 2010
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