Breve resumen de la dilatada vida
militar, política y empresarial de un personaje del Siglo XIX enterrado en el
cementerio de Castro del Río.
Cuando uno no sabe por
dónde empezar a escribir una historia o le cuesta comenzar a hilvanar una idea y plasmarla en
el papel; máxime cuando mi intenciones para la revista de Feria 2019 eran
otras; la inicial versaba sobre “La
Platería Cordobesa en esta población”, pero a ultima hora fue desbancada de mi
cabeza por el personaje que pronto conoceréis y que los más allegados; con tan
solo el titulo, ya habrán acertado.
Tomando café, me vino la inspiración al ver como una persona
comenzaba a leer el periódico desde la última página hacia adelante. Copiándole
comenzaré la historia por el final, pues.
En el primer patio del
cementerio de este pueblo a mano derecha, en los últimos nichos antes de pasar
al segundo patio, nos encontramos con
una lápida que contiene el nombre de dos
personas. El primero y protagonista de
este artículo dice: Excelentísimo Señor Teniente
General D. Manuel Lorenzo Oterino. Condecorado con las grandes Cruces de San Hermenegildo,
San Fernando y la de Isabel La Católica.+ 7 Octubre 1847. A su lado; en la
misma lápida se encuentra el cuñado de
este: El Ilustrísimo Sr. Brigadier D. Manuel Mª. De Arcaya y Manzano.,
Condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando y Placa Cruz de San
Hermenegildo. + 2 Junio 1848. Este
último era hermano de su mujer.
El sitio se encuentra;
pese a ser de las tumbas más antigua del cementerio, generalmente bien de obra y
cuidada, aunque el enlucido se observa poco firme, se sostiene a base de muchas
capas de cal.. Delante podemos encotrar una pequeña jardinera con unas florecillas
de plástico en buen estado que tuve que retirar para poder fotografiarla al
completo. No sé, pero tengo una corazonada de quién puede estar detrás de su
mantenimiento.
En el 2011 le dediqué
en mi blog “Historias de Castro del Río” una entrada a este misterioso
personaje. Prometí continuar con
artículos más extensos.
Por esa época, lo que se podía encontrar de este condenado al
ostracismo; el General Lorenzo, eran múltiples y breves referencias de su vida militar, y, noticias
de un acontecimiento que le catapultó para ser un personaje histórico
importante del siglo XIX, al menos en Cuba.
No niego mi falta de
tiempo y cualidades para organizar
tantos apuntes de este señor, aunque lo que más afectó al abandono de este
complicado proyecto fue la presentación al año siguiente;, el 2012, de un interesantísimo
y serio trabajo a modo de tesis Doctoral en la Universidad Complutense de
Madrid por parte de Manuel Muriel Hernández,
se tituló “Manuel Lorenzo: Militar y gobernador de Santiago de Cuba”.
Complejísimo trabajo
por la dificultad a la hora de encontrar en los archivos muchos de los
episodios donde participó Manuel Lorenzo. Sus enemigos y las dificultades
políticas de ese periodo le privaron en muchos momentos del protagonismo que se
merecía. Otro problema añadido es que no se preocupó de tener su propio biógrafo.
Manuel Lorenzo nació en
Salamanca el 29 de Octubre de 1785. Proveniente de una familia humilde; su
padre era herrero, alcanzo los grados más superiores en el ejercito, destinados
en otros tiempo a las familias altas y a
la burguesía. Fue la caída del antiguo Régimen a principios de siglo, los
nuevos cambios políticos que se producían con los altibajos del absolutismo, el
empuje del liberalismo, su destreza y
valentía en la batalla, y la suerte lo que lo catapultaron. . Manuel Lorenzo
fue un hombre con mucha suerte en el campo de batalla y en la política.
Leyendo la historia de este
hombre que conoció: los reinados de Carlos III, Carlos IV, Fernando VII e
Isabel II que luchó en la Guerra de La Independencia contra los de Napoleón,
contra los de Simón Bolívar en Venezuela, en las Guerras Carlistas y, ser superviviente de un siglo donde se registraron cerca de 200 pronunciamientos
militares, me hacía recordar simpáticamente “esta historia la coge Santiago
Posteguillo y escribe una trilogía”
Es asombrosa la
actividad tan frenética de este hombre durante sus 62 años de vida, sobre todo en su periodo
militar.
No era todo pelear, también
cosechó bastantes amistades. Una de ellas fue la que le llevó a establecer Castro del Río como centro de sus negocios;
una vez en el retiro. Parece ser que la
amistad con el regidor liberal de la villa de Castro del Río, José María del
Río Tejada , con el que tejió importantes lazos fue el detonante.
Es posible que Del Río
Tejada fuese la persona que influyera para que el General se presentara para el senado por la provincia de Córdoba. En Castro
cosechó un número importante de votos pero no llegó a ser elegido.
Desde Castro; donde
compró dos casas en la calle Alta en 1840,
dirigió las propiedades que poseía en la campiña de Baena, Montilla y
Castro, casi todas provenientes de las
puestas en venta de la iglesia por la desamortización de Mendizábal.
A partir de 1843 cuando
pasa a la reserva el General tan solo se
le conoce esta residencia.
Foto(1)
Demostró ser una
persona hábil en los negocios. Creó una sociedad; bastante insólita para la
época; pues su mujer, la venezolana Ana de Arcaya, tenia plenos
poderes, por igual que el otro socio su
amigo, José María del Río, llamada “Río de Tejada, Arcaya y compañía” la cual
le reportó pingues beneficios.
Manuel Lorenzo parece
bien integrado en el pueblo pese al malestar que le produce los choques con las
familias adineradas; mayoritariamente de
signo absolutista, entre ellos el conde de la Estrella, y de la vigilancia y
control que se le mantenía desde el gobierno, ahora de otro signo. Manuel
Lorenzo fue unos de los pilares que mantuvo a Espartero en la regencia.
En 1844 abandona la calle Alta; sobre todo para alejarse de los ambientes más conservadores,
para mudarse a la calle La Tercia; calle más céntrica y comercial, en donde construye una casa de lujo. (A mi
siempre se me ha antojado sea esa casa la que se encuentra frente al Liceo.)
Al año siguiente se
casa en la localidad una de sus hijas, Emilia,
con Fernando Palacios y Rando, Comandante graduado, lo que supondría un
gran acontecimiento social en Castro. El matrimonio también apostaría por esta
población pues también aparece como
propietarios de terreno en Castro del Río. Lorenzo tenía invertido más de tres
millones de reales en este territorio.
El General se dedica a
visitar y controlar sus propiedades y tan solo se ausenta del pueblo para visitar algún balneario para así mejorar su maltrecha salud. Normalmente acude
al de Cestona, Guipúzcoa.
El 30 de Agosto de 1847
le concede la reina permiso por cuatro meses para viajar a tomar las aguas pero
no se desplazo, debía estar muy enfermo. El 7 de octubre murió el general de
los ejércitos en su domicilio castreño. El funeral se celebró con poco ornato
religioso. Fue enterrado en un simple nicho como fue su voluntad. El testamento
deja entrever su condición política,
liberal progresista.
Por esa fecha ya no
existe la sociedad ni se encuentra como albacea testamentario; aunque sí lo fue
en el momento de su redacción, a José
María del Río, se supone que la relación se había enfriado. Tenía 62 años.
Ana de Arcaya tras la
muerte de su esposo fija su residencia en Madrid.
Manuel Lorenzo Oterino
ingresó en el ejército en 1802. Inició su formación como soldado. La guerra de
la independencia estalla y encuentra la
oportunidad de mostrar su valía en el campo de batalla, durante la contienda es
herido en el cuello y hecho prisionero
pero consigue escapar desde el país vecino, volviendo al frente. Participa en
la expulsión de los franceses, persiguiéndolo hasta en su propio territorio.
Acaba la guerra con el grado de Teniente.
Se embarca hacia
Venezuela en 1815 al mando del General Morillo “El Pacificador”, Gobernador y Capitán
General de Venezuela. Permaneció ocho
años hasta la capitulación. En
Venezuela tuvo la oportunidad de ordenar
cuerpos de envergaduras. Cosechando importantes victorias que le ayudaron a
darse a conocer
De vuelta a España pasa
al adiestramiento de nuevos soldados en el Regimiento Córdoba nº9 , alcanzando
el grado de Brigadier antes del inicio de la Guerra Carlista.
Comenzada la guerra; de
la que presumía haber pegado el primer tiro en defensa de la reina, en 1833
hace preso al general Santos Ladrón, que había penetrado en España a la cabeza
de un millar de realistas, al que fusiló en Pamplona, se le concede el empleo
de Mariscal de Campo.
Entendemos que Manuel
Lorenzo era un rival importante para aquellos mandos que buscaban un buen lugar
en la corte. Incompresiblemente; pues era uno de los jefes que más victorias
estaba cosechando incluso como premio la Reina Isabel II le quiso obsequiar con el título de Marqués de Nazar y Asarta, el
cual el rechazó, fue enviado y designado
a Cuba como Gobernador Político y Militar de Santiago De Cuba en 1835.
Una actuación suya en
la isla en 1836; quizás el hecho más relevante de su carrera, propiciada por diferentes circunstancias, le llevó a proclamar la Constitución de 1812,
la cual juró. Estuvo a punto de desembocar en una guerra Civil con los de la
Habana, donde residía el Capitán general de la isla Miguel Tacón. Lorenzo en
1837 es cesado, sumariado y expulsado a España.
Ya
en España y antes de ser juzgado, el gobierno tiene que recurrir a él; pues los
Carlistas están quebrantando las fuerzas Isabelinas, para que se ponga al frente de la Milicia Nacional. Cuerpo donde se
sentía bien pues pensaba que era la única institución defensora de la
Constitución. Por sus numerosas victorias fue elevado a Capitán General de Castilla la Vieja y Extremadura y Capitán
General del Campo de Gibraltar , también Senador por Alicante.
En
1841 era ya Teniente General. (Este Real
decreto fue comunicado por Espartero a Lorenzo: “Atendiendo a los méritos y
distinguidos servicios del Mariscal de Campo Manuel Lorenzo he venido en
nombrarle, como Regente del Reino durante la menor edad de la Reina Doña Isabel
segunda y en su real nombre a Teniente General de los Ejércitos Nacionales…”.).
En
1843 es senador por Cáceres.
Por
las memorias del Brigadier Fernández de Cordova podemos hacernos una idea del
personaje que tratamos en estos momentos: “La Reina
Isabel Segunda y en su nombre el Gobierno de la Nación atendiendo a los méritos
y servicios del Teniente General Manuel Lorenzo ha venido a conferirle el cargo
de Comandante General del Campo de Gibraltar. Dado en Madrid a 10 de Agosto de
1843…” “Mandaba en el Campo de Gibraltar el teniente general D. Manuel Lorenzo,
que tanto nombre alcanzó en las guerras carlistas, y cuyo valor heroico era
bien conocido en todo el ejército. Él fue quien hizo prisionero en Los Arcos a
D. Santos Ladrón, y quien en los últimos años de la lucha se presentó como émulo
de Espartero para el mando en jefe del ejército. Después de la paz marchó a
Cuba y como a su regreso fuera tratado con mucha dureza por el gobierno de la
Regencia, se unió en el movimiento de Cataluña, y Serrano recompensó su apoyo
con el mando del Campo de Gibraltar, puesto muy codiciado por entonces, porque
reunía, entre sueldos y emolumentos más de cuarenta mil duros. Pero Lorenzo era
un liberal convencido y no tardó en separarse del partido moderado”.
A la comisión del senado le sorprendió la
muerte del general cuando se estaba tramitando la 4º laureada por la toma de
Logroño pero el Gobierno Moderado se la negó, para algunos la más merecida.
En
definitiva Lorenzo destacó por ser infatigable, por su excelente visión del
campo de batalla desplegando una fabulosa intrepidez que causaba admiración de
sus amigos y terror entre sus enemigos. En todas las batallas se reservó el
objetivo principal y más peligroso.
Como político y empresario podemos decir que fue
también un hombre de éxito. Quién no lo tratado bien es la historia, al menos
las Española. En Cuba no ha sido así. El episodio allí ocurrido es tan
interesante, tan apasionante que, haría
falta otro artículo como este tan solo para las conclusiones.
En
Cuba medio mundo se le echó encima. Franceses, Estadounidenses, Ingleses,
absolutista Españoles y sobre todo
comerciantes de esclavos que políticamente lo derrotaron en ultramar por
ir en contra de sus intereses. Lo que proclamó Lorenzo no podía ser, y no fué.
Espero
haber conseguido que hayas llegado hasta aquí y espero haber conseguido plasmar
bien la figura del General Manuel
Lorenzo Oterino. Vale la pena si os interesa sigáis ahondando.
A
los gobernantes locales le pediría no olvidar a estos personajes; y otros, a la
hora de nombrar calles.
Pie
de Foto (1) Retrato del General. En el año 2012 cuando publiqué la foto el
cuadro estaba a la venta en Todocolección. Hoy mismo lo podemos encontrar en
una casa de subasta con un precio de salida de 15.000 euros.
Foto(2)
Sable del General vendido en 2011 por 2.300 euros en Todocolección
Foto(3)Grabado.
Foto(4)
Casas en calle Alta.
Foto(5)
Lápida
Diego L. Urbano Mármol.