La noticia del asesinato de Lorca parece ser el detonante que impulsa a Miguel Hernández a viajar hacia Madrid y ofrecerse como voluntario para la defensa de la república. Ingresa en el Quinto Regimiento de Milicias Populares, para no recibir ningún privilegio, comunica que su profesión es la mecanógrafo. Tras un periodo de instrucción; es asignado a la segunda compañía de Fortificaciones y su destino es el de cavar trincheras.
Cae enfermo y es recatado por amigos poetas para el Batallón del Talento en misiones más productivas.
A Miguel, lo destinan Andalucía, a Jaén, a las órdenes del comandante Carlos Contreras (Vittorio Vidali) como periodista en el Frente del Sur, órgano propagandístico republicano editado en Jaén, dependiente del Altavoz del Frente.
Desde allí, aprovecha la ocasión de viajar por el frente, intentando levantar la moral de la tropa con sus poemas.
Acompañó al comandante Carlos Vidali, según relata éste, al frente de Castro del Río y al de Pozoblanco en abril de 1937; antes de ir como agente de propaganda al cerco y asalto del Santuario de Santa María de la Cabeza (Andujar).
Existe un documento que atestigua la presencia de Miguel Hernández al lado del comandante Carlos. Una entrevista que le hizo e éste último Anthony Geist.
“Si, Miguel Hernández estuvo muy activo. Él estuvo conmigo durante toda la defensa de Madrid. Despues vino, lo lleve a Jaén, donde formamos el Frente del Sur, que era también un organismo de intelectuales encargados de la propaganda en campo enemigo. Y después vino conmigo a Castro del Río a organizar los guerrilleros que trabajan en el campo enemigo. De hecho hay una foto de Miguel sobre un camión levantado, donde Miguel habla y recita sus poemas”.
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