Pequeños detalles Castreños. La Virgen
de los Remedios
En estos días de
confinamiento obligado trata uno de ocuparse de cosas que normalmente no
se tiene tiempo.
Asomado al balcón me
distraigo con unas maniobras que está llevando a cabo el ejército Francés en el
Llano de la Fuente. Intrigado por lo que ocurre en un círculo que se ha formado
de soldados gabachos pongo atención y distingo entre ellos a algún
representante de la autoridad castreña. Carcomido por la curiosidad saco los
“avíos” para la correcta protección. Mascarilla, guantes y una vieja escafandra
que regalaban al comprar Veinte mil leguas de viaje submarino, salgo a la calle
raudo y veloz. No llamé la atención por el variopinto desfile de uniformes
militares.
Me acerco y pongo
oídos. En el centro se encuentra un tipo dando unas explicaciones. En sus manos porta un extraño artilugio. De su
conversación y de mi pobre conocimiento del traductor francés
“pasque lóto de notre papa ne marche pas) extraigo unas pistas que junto
a lo que me comenta el comandante del puesto de Castro del Río y a lo que tenía
visto en televisión deduzco que se trata del famoso “soldado volador francés”.
Después de varias
horas; Franky, que así se llama mi nuevo amigo parisino, se había percatado de mi profundo interés por
lo que estaba allí ocurriendo. Se dirigió a mí con un vocabulario más o menos
de los Pirineos, medio Francés medio Español. Me dijo algo así, como que, si
quería probar:” donne vus son delamatine”. Decliné la invitación, pero, si le
pedí que me hiciese llegar algo que estaba a una cierta altura y que no era
accesible para mí y de camino le veía volar. Encendió las turbinas de su
artefacto y yo apunte con mi dedo el sitio. Se estaba elevando hacia el lugar
señalado.
Como mi petición le
resultó un sacrilegio; era un hombre de fuerte convicción, cosa que observé
cuando me hacía gestos negativos con la cabeza (como si yo fuese a apropiarme de lo que no es mío).Tampoco se me
había escapado el detalle del crucifijo que llevaba colgando de su cuello. Le señalaba
desde abajo que me conformaba con unas fotografías. “Photo, photo” le gritaba
cuando ya se encontraba en las alturas. El ruido de los motorcillos a reacción
y mis voces causaban un enloquecedor sonido muy impertinente para el oído,
aquello se agravaba con el eco formado entre la torre y la muralla de la Plaza del Romano. Tuve que echar mano al lenguaje internacional
de gestos; donde se ponga este que se quite el Esperanto, ¡donde va a parar!. Improvisé
rápidamente y tomé una cosa imaginaria
que agarraba con las manos; ambas, jjj,
y me lo lleve a la altura de los ojos. Le guiñé mientras con el dedo índice
realizaba un movimiento como si pulsara
algún botón. No tardo en entender lo que le estaba indicando, a eso si accedió.
De hecho, con esas
fotografías, llevo entretenido en mi retiro varios días y ahora, espero, que
algunos de vosotros también lo hagáis, por los menos por unos minutos.
Siempre te lo
agradeceré “Soldado Volador Francés”.
El tema que me trae,
trata sobre unos de esos pequeños detalles que podemos encontrar en cualquier
lugar de la villa de Castro del Río. Muchas veces pasan desapercibidos para la
mayoría. Bien, porque nos acostumbramos a su presencia, y no reparamos en nada
más. Bien, porque no están accesibles a la vista.
Esto pequeños
detalles tampoco suelen ser objetivo de estudio de los eruditos locales al
carecer de mucha importancia, a ellos me he encomendado para recopilar
información pero poco o nada he llegado
a conseguir. Es por ello por lo que parafraseando el refranero español, tiro de
aquel que decía “La gracia del barbero es sacar patilla donde no hay pelo” y basándome en lo que hay intentaré
sacar “una historia” manejando datos
reales.
La Hornacina de la Cuesta Martos.
Introducción.
“Una
hermosa visión se nos presenta desde la carretera viniendo de Espejo, con el
caserío pegado a la verde ribera del Guadajoz y sus dos puentes paralelos (….)
Cuando llegamos más cerca, descubrimos que lo que era una villa abierta a
nuestros ojos ha sido con el tiempo una ciudad fortaleza, y que las murallas y
torreones la abrazan todavía desde la clave defensiva del cúbico castillo”. Así
es como se imagina Juan Bernier, autor de estas palabras, como debió ser Castro del Río en la
Antigüedad: Fuertemente torreada. (1).
Como ya sabemos el
recinto de la villa estuvo fortificado y protegido por cuarenta torres. Estas han sido modificadas en multitud de
ocasiones. La obra principal es de época medieval pero según Jorge Forné, (2)
está levantada sobre otras construcciones más antigua. De época Romana y Musulmana.
No voy a entrar en
más profundidad sobre la fortaleza y si en la puerta principal de esta, que es
donde encontramos cierta información del asunto que nos trae. La hornacina
donde se le da cobijo a una pequeña imagen de la Virgen de los Remedios
La situación de la
puerta nos hace pensar que inicialmente solo sería la única vía de acceso a la
población, fuertemente defendida por el castillo (3) .
En el mismo lugar
sitúa Forné la puerta de la fortificación romana al hacerla coincidir con el final
del Decumano Máximo.
El origen del nombre de la puerta de esta
villa se debe a la incursión que hicieron los de Martos en 1232, capitaneados
por D. Alvar Pérez de Castro y D. Tello Alonso de Meneses, “internándose en el
país enemigo llegando hasta Castro del Río, talando los campos y matando muchos
moros. Continuando sus excursiones este valiente caudillo y debilitando al
enemigo se determinó caer sobre Castro con una buena hueste y apoderándose de
una puerta de esta villa que se llamó de Martos por haber entrado por ellos la
gente de allí, se hizo dueño de Castro en 1232 y reparó sus muros y torres”. (
4).
“Posee la gloria
nuestro Castro de haberse por él, abierta la puerta a la conquista de Córdoba.
Levantando la cruz sobre las torres de Castro, y desalojado el infame Alcoran
de su recinto, se edificó en el cercado de la villa una iglesia bella dedicada
a Nuestra Señora de la Virgen María con el titulo de Asunción.”(5)
Debió Castro pasar de
nuevo a manos enemigas, pues para Nieto Cumplido
la Fecha de la conquista por Fernando III es la de 1240 o ha podido haber un
error de transcripción por algún cronista de la época al copiar el año.
Hoy en día no queda
ningún vestigio de la Puerta de Martos, tan solo unas de las torres que
pertenecían a la defensa de esta. Actualmente está desmochada y mimetizada con obras
posteriores y es la que conserva la imagen de la Virgen de los Remedios.
Parece ser, que
hasta los años cuarenta del s. XVIII se mantenía en pie dicha puerta que se
encontraba unida a la muralla de la fortaleza. Los únicos datos sobre ella los
proporciona R. Ramírez de Arellano, quien a su vez lo copia de una obra
manuscrita anónima. “La puerta principal llamada de Martos, única en los
tiempos antiguos de la plaza, estaba colocada en la rinconada que dejaba el
martillo saliente oriental del alcázar, entre el postigo de la casa que
habitaba Dª Josefa Luisa Mazuelo y la torre de la Virgen de los Remedios,
rebajada en el día, la que con otra que
estaba donde hoy el caño, formaba la dicha puerta y clave con su contrapuerta y
taladro, garitón, arcos de cantería, almenillas, miras, viseras y vistosos remates;
todo pertrechado como la puerta del alcázar,; en el antemural de ella había
otra denominada el rastrillo e la Plaza, sostenida por el adarve, y alto lienzo
del alcázar; en la puerta principal de la plaza asistía la gran guardia, la que
de miraba sostenida en la barbacana, y segundo torreón del alcázar, por una
parte, y por otra de la Virgen de los Remedios.”(2)
“También por la
venida a esta del Señor Rey don Felipe V, el animoso de feliz memoria, en el
año de 1733, cuando de Sevilla mudo la corte a Madrid, teniendo preparado
alojamiento a S.M. en el colegio de San Pedro Y San Pablo, juzgando no cabrían
las carrozas por la puerta, se hundió el muro de ella que unía con el castillo
para que pasasen con desembarazo.
“Luego en el año
1743 se quitó y destruyo la citada puerta hasta los cimientos con el fin de
hacer amplísima la entrada a la villa y el mismo año la sagrada imagen de María
Santísima de los Remedios, que estaba colocada de tiempo inmemorial sobre la
clave de esta puerta, se trasladó a la torre contigua, ya rebajada de su
altura, la que ahora sirve de azotea en las casas del vivario eclesiástico D.
Juan de la Peña Tercero”. (3).
En definitiva y como
conclusión arquitectónica pienso que de existir la puerta podría ser una de las obras de ingeniería
militar más importante de la provincia. No es así, desgraciadamente.
Volviendo al hilo
que nos trae, y después de trasladaros toda la información posible sobre el
lugar inicial donde se halló la figura de la Virgen; hoy desaparecido, nos
centraremos en el lugar donde actualmente se alberga.
Desde ahora mezclaré
conjeturas con hechos reales y pensamientos en voz alta. Serán los expertos en
escultura religiosa; que me lean, los que tienen que aportarnos algo más. Yo se
lo pongo en bandeja.
Castro del Río pasa
a manos cristianas bajo pacto. Fernando III se hace dueño y señor de la villa.
Dice la leyenda que el rey llevaba en las alforjas de su caballo una pequeña
talla de la Virgen que depositaba en cada población que ganaba a los moros.
Aunque existen imágenes del Remedio que
iconográficamente pertenecen a los siglos XII y XIII, no consta que hayan
recibido esa denominación en sus orígenes. Es muy corriente que imágenes
antiguas de la Virgen María, sin título especial, lo recibieran en tiempos más
modernos.
No quiero decir con
esto que la imagen que actualmente existe sea la primitiva que se colocó en la
puerta de la fortaleza cuando Castro se convierte al cristianismo, ahí lo dejo.
Si me parece a simple vista que la pequeña figura actual es bastante
antigua.
Por el paralelismo
con otras imágenes puedo aventurarme a englobarla en el estilo Barroco y que esta haya podido ser repintada en algún momento;
no muy lejano; con más corazón que acierto. Pongamos de ejemplo al Ecce Homo de
Borja o más recientemente, la talla de San Jorge del pueblo de Estella. No hay
que extrañarse de nada.
El culto en la localidad, a saber, ha venido profesado en época reciente por los habitantes de la casa contigua, la familia Jiménez. Estos, por lo que me cuentan, han ido compaginando el mantenimiento de la fachada de la casa de su propiedad con el mantenimiento de la hornacina. En los últimos años la casa se encuentra deshabitada y por momentos podemos apreciar el abandono de los dos lugares. En estos momentos el sagrado lugar se encuentra en un estado notable gracias al Consistorio Castreño, su legítimo dueño por cierto.
Como muchas de las
esculturas góticas tardías esta muestra a la Virgen de pie con el Niño en
brazos. Por regla general, la Virgen
María lleva al Niño sobre su brazo izquierdo de acuerdo con el instinto
maternal, aunque esta lo hace con el
brazo derecho (consultado el detalle con mi amigo el párroco de Espejo, don
Francisco García, me comenta que dependía de la influencia de la escuela del
autor). Cualidades de esta época son también que ambos gozan del mismo
protagonismo y que las representaciones dulcifican el rostro y la postura de
madre e hijo. La de Castro ambos mantienen una aptitud sonriente.
Advocación
de Nuestra Señora del Buen Remedio.
La palabra Remedio viene del latín: Remedium,
que etimológicamente significa medicina, medio de curar y sanar, lo que
restablece la salud; y en sentido figurado indica cuanto sirve para las
enfermedades del alma. La advocación de Nuestra Señora del Remedio, conserva y
retiene ese doble significado. Según el religioso trinitario Fr. Bonifacio
Porres, la advocación del Remedio no es unitaria, y pudo comenzar a la vez e
independientemente en diferentes lugares, las cuales coinciden solo en título,
pero en muchos casos narran historias y leyendas propias, como sucedió con
otras advocaciones marianas. Pero cuando se habla de la Patrona de la Orden
Trinitaria y de los lugares a donde tradicionalmente ha llegado esta devoción
por el apostolado de los religiosos de dicha orden o de los fieles o cofradías
relacionadas con ellos, se le puede encontrar ya sea en singular: del Remedio
(Como en Cataluña), en plural: de los Remedios (Algunos lugares de España) o
acompañado de adjetivo: del Buen Remedio (como en Francia e Italia). Es
menester aclarar que en otros lugares, especialmente en España, se han
"trinitarizado" muchas imágenes de la Virgen del Remedio (o de los
Remedios), cuyo origen no guarda relación alguna con la Orden de la Santísima
Trinidad.
El culto en la localidad, a saber, ha venido profesado en época reciente por los habitantes de la casa contigua, la familia Jiménez. Estos, por lo que me cuentan, han ido compaginando el mantenimiento de la fachada de la casa de su propiedad con el mantenimiento de la hornacina. En los últimos años la casa se encuentra deshabitada y por momentos podemos apreciar el abandono de los dos lugares. En estos momentos el sagrado lugar se encuentra en un estado notable gracias al Consistorio Castreño, su legítimo dueño por cierto.
La
pequeña escultura; según me dice mi hombre volador es de madera, se encuentra
prácticamente a la intemperie, tan solo está protegida por una reja metálica y la
techumbre del hueco, pero esta está expuesta a las rachas de viento y
lluvia; de ahí su mal estado de conservación. Es posible que en otros tiempos haya
estado protegida con un marco de madera y un cristal, según información a pie
de calle.
También
recientemente; aunque yo no lo recuerdo, sin poder determinar la fecha, se
debió actuar con una obra de mantenimiento. “Mejorando” el lugar con unos azulejos blancos y un enlucido.
Conclusión
Mi opinión es la de
que debería estudiarse, y en caso de tener la importancia que pienso, someterla
a un proceso de restauración siendo
restituida por una copia o otra de menor importancia, para luego conservarse en
un lugar de mejor salvaguarda (6).
(1)
Los pueblos de Córdoba Caja Provincial de Ahorro
de Córdoba. 1992
(2)
Castro: Estructuras defensivas de un Hisn en
Al-Andalus. Jorge Forné León. 2003
(3)
Castro del Río. Estudio histórico del barrio de
la Villa. Juan Aranda Doncel. 1987
(4)
Disertación Histórica sobre Castro del Río.
Perteneciente al conjunto histórico Provincial. Ramírez de Arellano
(5)
Disertación Histórico-Geográfica sobre la
antigüedad de la villa de Castro del Río. Bartolomé Sánchez de Feria y Morales.
1774.
(6) Nota de Prensa: Reportajes : Quién ha robado nuestra virgen: la psicosis por los expolios de capillas en Córdoba y Sevilla .EL ESPAÑOL recorre Benamejí, Montilla, Lucena y Osuna, municipios andaluces en los que se han registrado los hurtos de la imágenes religiosas.9 febrero, 2020.https://www.elespanol.com/reportajes/20200209/robado-virgen-psicosis-expolios-capillas-cordoba-sevilla/465704492_0.html.
(7) Diversas publicaciones en internet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario