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Si notais que llevo mucho tiempo sin escribir, posiblemente me esté pasando la mismo que le ocurrió a García Birlán.
"El deber me ordena que os dedique esta crónica y la pluma se niega a escribirla. Se amontonan las notas en mi imaginación y la péñola no sabe darles forma. Esfuerzo el pensamiento, concibo ideas, bullen las palabras en la mente y aun permanecen blancas las cuartillas."

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¿Un cateto escribio esto?:

Esta cárcel que, durante varios meses, le dio ocasión de un trato prolongado con el mundo variopinto del hampa, verdadera sociedad paralela con su jerarquía, sus reglas y su jerga, parece ser, con mayor probabilidad que la de Castro del Río , la misma donde se engendró el Quijote, si hemos de creer lo que nos dice su autor en el prólogo a la Primera parte: una cárcel «donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación», y en la cual bien pudo ver surgir, al menos, la idea primera del libro que ocho años más tarde le valdría una tardía consagración.

Cervantes en su vivir .

Jean Canavaggio

domingo, 20 de enero de 2013

La ermita de la Virgen del Puerto.




Foto recopilada por Juaneles Pinillos.



Como ya dijimos en el post sobre la ermita de Santa Rita una de las demostraciones del fervor religioso que se vive en la villa de Castro del Río en época bajomedieval es la edificación de numerosas ermitas a diferentes advocaciones; tanto dentro del casco urbano como en los alrededores.  
Una de las construidas en el interior de la población es la ermita de la Virgen del Puerto, esta estaba situada al inicio de la calle corredera a mano izquierda (por debajo del antiguo edificio de correos) y se conservo hasta mediados de los 80; es posible que fuese la más antigua de ellas.
Según unos documentos estudiados por Juan Aranda sobre una solicitud a las autoridades eclesiásticas en 1591, pudiera ser que en el altar erigido para la imagen de la titular fuese ocupado por una imagen de la Virgen del Rosario en 1591 << en la peana del altar que aora es de Nuestra Señora del Rosario y antes era de nuestra Señora del Puerto para que yo  y los mios lo tubiesemos para nuestro entierro>>.
Pienso que al igual que la ermita de San Marcos  compartía advocación con Santa Rita, esta lo haría igual con la Virgen del Rosario en esa época, sin  llegar a cambiar el patrocinio de dicha iglesia; ya que en el catalogo anónimo realizado en los años treinta del siglo pasado antes del 1936  ya no se encuentra la del Rosario y  si  la imagen de la Virgen del Puerto en el altar principal.
No he encontrado noticias; ni escritas ni verbales, sobre que este pequeño templo fuese destruido o expoliado en los sucesos ocurridos durante la Guerra Civil. Esta pequeña iglesia mantuvo su estructura hasta su desaparición, siendo visible las hornacinas en las paredes aunque ya despojadas de decoración.  
En 1941 aún se encuentra operativa y en manos del estamento religioso. El alcalde Luis Fernández escribe al obispado sobre la conveniencia de buscar una solución al estado ruinoso de la iglesia de Madre de Dios ante la negativa de reconstrucción. Se plantea la idea de la demolición con el fin de  ensanchar la vía pública, justificando que es suficiente con los templos que existen  para satisfacer las necesidades religiosas del vecindario, entre ellas se encuentra la de La Virgen del Puerto.
 En contra  del derribo se encuentra el rector y cura ecónomo de la Asunción que presenta un informe a sus superiores defendiendo su restauración. Entre sus argumentos: que la Ermita de la Virgen del Puerto es sumamente reducida para suplir la destrucción del templo de Madre de Dios utilizada de auxiliar  a la parroquia del Carmen afectada frecuentemente por crecidas del Guadajoz.
Aunque aun se dispone del edificio posiblemente en esos años  ya estaría desmantelada; desconociendo a donde fueron a parar las imágenes y enseres. En 1946 con el inicio de la restauración de la Madre de Dios el recinto dejó de tener utilidad y se pondría a la venta.
La nave tenía una superficie de 17 metros de longitud por 6 de latitud; el techo era abovedado y estaba dotada de un pequeño campanario con tan solo una campana, la puerta de madera era de dos hojas.
Gozaba de tres altares:
1.- El mayor dedicado a Nuestra Señora del Puerto cuya imagen es de madera para vestir, tiene retablo de estilo Barroco.
2.- De San José. Está constituido por una hornacina y una imagen del titular y otra de San Antonio, ambas de vestir.
3.- De los Dolores. Una hornacina con dicha imagen, también es de vestir.
Además cuenta con un cuadro de lienzo con la imagen de Jesús crucificado y con bastantes objetos de cultos:
1.- Un cáliz, paterna y cucharita de plata.
2.- Corona de la Virgen de plata Meneses.
3.- Cáliz, paterna y cucharilla de metal.
4.-  Cuatro casullas.
5.- Lámparas de metal.
6.- Diez candeleros de metal
7.- Dos campanitas de bronce.