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Si notais que llevo mucho tiempo sin escribir, posiblemente me esté pasando la mismo que le ocurrió a García Birlán.
"El deber me ordena que os dedique esta crónica y la pluma se niega a escribirla. Se amontonan las notas en mi imaginación y la péñola no sabe darles forma. Esfuerzo el pensamiento, concibo ideas, bullen las palabras en la mente y aun permanecen blancas las cuartillas."

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¿Un cateto escribio esto?:

Esta cárcel que, durante varios meses, le dio ocasión de un trato prolongado con el mundo variopinto del hampa, verdadera sociedad paralela con su jerarquía, sus reglas y su jerga, parece ser, con mayor probabilidad que la de Castro del Río , la misma donde se engendró el Quijote, si hemos de creer lo que nos dice su autor en el prólogo a la Primera parte: una cárcel «donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación», y en la cual bien pudo ver surgir, al menos, la idea primera del libro que ocho años más tarde le valdría una tardía consagración.

Cervantes en su vivir .

Jean Canavaggio

lunes, 6 de enero de 2014

Golosinas Urbanas.


 

Estas notas que presento aquí a modo de artículo son fruto de mis vivencias; y  de la de muchos de mi generación.  Aprendidas de la generación que nos precedía; no pudiendo opinar si las que nos siguieron continuaron realizando estas prácticas, tampoco sabría decir más de sus orígenes.

Estas mismas reflexiones fueron utilizadas por mí hace unos meses en una conversación sobre las cosas de los nenes de mi edad que ya no hacen los de ahora; me imagino.  ; entre los contertulios estaba Miguel Morales  que me apuntó que el tema  podría ser mi próxima aportación para la revista de Artesanos y aquí me encuentro intentando dadle forma escrita al fruto de esa plática. Desde entonces trato de no sacar el tema por miedo a contaminarme con las vivencias de otros, y contarlas como si las hubiese vivido yo.  Tan solo me he centrado en recabar información sobre el nombre de las especies que tratamos.
Miguel Morales(Mameluco) ilustró perfectamente el artículo en la revista de Artesanos.
 

El contenido en cuestión  está  inmerso en historias de otros tiempos; sin querer converger  en el  tan repetido dicho de “cualquier tiempo pasado fue mejor” y versa sobre las chucherías vegetales que encontrábamos a nuestro lado; de ahí el título del artículo.

No piense el lector más joven que por entonces no existían las tiendas de chuches, pues desembocaría en craso error. Si tuviéramos que apartar los comercios actuales dedicados a otras actividad en la localidad , que entre su portfolio podamos encontrar golosinas en mayor o menor grado, si solo nos centramos en los establecimientos  dedicados a las chucherias en exclusiva, llegaríamos a la conclusión “a voz de pronto” que en en la década de los 70 principio de los 80; periodo central de esta historia, se encontraban  muchos más lugares dedicados a estos boliches; ya sean móviles o fijos,  que en la actualidad.  Tan solo en las zonas frecuentada por mí ; la Villa, como lugar de mi residencia encontramos una tienda de golosinas (regentada por Carmen, cuñada de Blanco el que tocaba los platillos en la banda municipal), un puesto fijo en el Gran Cinema, más un puesto  móvil de un carrillo los días de más afluencia a este, y en la zona del domicilio de mis abuelos en la calle Alta,  encontrábamos uno en la Torrecilla y otro en la calle Galera( solo aludiendo a los más cercanos, ya que unos metros  más allá, al final de la Calle Caldereros , cerca de la Calle Córdoba  encontrábamos el cuartillo de Pepa Mesa , aunque  allí aparte de chucherías en los dos metros cuadrados de superficie podríamos hallar numerosos productos de alimentación. .

En la mayoría de estos locales  eran casas en la que se habilitaba un pequeño espacio de alguna habitación o en la galería  una mesa, algunas veces acristalada o con una gran cesta de mimbre.

El mercado no estaba desabastecido pero se acuciaba la falta de monetario y los nenes de por entonces echábamos manos a numerosas golosinas naturales que encontrábamos a nuestro alrededor.

Quizás la más conocida fuese la más lejana, y para conseguir el popular palodú  nos desplazábamos al rio viejo, a un tiro de piedra de mi barrio; y  con un pequeño desvió,  en el camino del colegio.

Dentro del recinto llamado Las Escuelas Reales encontrábamos  numerosas especies comestibles que podríamos  localizar con suma facilidad:

-El  Pan y Panizo(1) que en este pueblo llamamos a la flor blanca de la Acacia.

-Las semillas de las Malvas a lo que llamábamos “Panecillos”.

-Numerosas Moreras, destacando dos grandes al principio del segundo patio, una producía  grandes Moras rojas y la de la izquierda exquisitas blancas.

-Una parra que no me explico cómo se mantenía, pues la teníamos arrasada de pámpanos. Masticando y chupando todos los brotes nuevos que le veíamos. ¡Creo que jamás llegó a cuajar algún racimo de uvas!.

-En un jardincito que había antiguamente en la calle La Palma encontrábamos una especie de seto que daban unas florecillas que también nos llevábamos a la boca para extraerle  el jugo .  Resultaba ser bastante dulce. Es posible que se tratara de una especie de Lirio.

No era raro que mordisqueáramos la base de las hojas de los alcaciles(Alcauciles). Estas plantas eran muy numerosas; creo que en estado salvaje, en la zona de el callejón del Lobo, al lado del vivero.

No acierto a recordar si llegué a probar el tallo tierno del tronco del Cardo Cuca pero  perfectamente  recuerdo que vi de comerlos.

Voy a obviar  frutos como  Almendras, Nueces, Bellotas o Mauletas etc.  Porque estos  había que conseguirlas fuero del casco urbano, y por supuesto los productos de la huerta; que aunque cercano s, eran el resultado del cultivos intensivos.

Resulta curioso; al buscar información sobre las plantas  en cuestión, que están no se elegían al azar sino que era el resultado de numerosos estudios de nuestros ancestros y todas gozaban de numerosas cualidades para la cura de enfermedades o aportes alimenticios.
 

Asi encontramos que el Palodú ha sido utilizado desde muy antiguo como un remedio natural, ya que tiene propiedades anti ulcerosas, laxantes y expectorantes.

 Desde  bastante tiempo atrás  la Acacia era tenida como planta maravillosa por sus propiedades curativas y la creían de suma eficacia para ahuyentar la mala suerte. La corteza y la semillas son toxicas pero las hojas y las flores tienen propiedades beneficiosas para el hígado, dan alivio a los espasmos, protegen las mucosas del estomago del exceso de acido, reduce la anemia, la bronquitis y la diarrea.

Durante siglos la Malva  fue cultivada para el consumo humano. Dice un viejo refrán: “con un huerto y un malvar hay medicinas para el hogar”. Se emplea en el tratamiento de afecciones de las vías respiratorias superiores, al aplacar la tos; se suele usar la flor, en infusión o cocimiento para tratar resfriados o catarros.

Las Moras destacan por la cantidad de beneficios que aporta a nuestra salud entre los que cabe destacar su alto contenido en antioxidantes y vitaminas.

De los sarmientos  de la Parra mana en primavera la llamada “Agua de Cepa” que se considera diurética, pámpanos y brotes tiernos son ricos en  taninos, empleados como astringente contra las diarreas y hemorragias  nasales.

Los Alcauciles (Alcaciles en Castro)son conocidos desde la antigüedad griega y romana son un excelente diurético, y combaten las grasas, por eso son muy usadas en dietas para perder peso.

El Cardo Cuca   es utilizado en medicina y como remedios caseros, entre sus propiedades encontramos que  bueno para la bronquitis, como diurético, para prevenir infecciones, trastornos gástricos, acné, menstruaciones irregulares etc. 

          Después de recopilar  y comprobar que lo que nos llevábamos a la boca en esos tiempos gozaban de numerosas cualidades, y que para nada era perjudicial para la salud, llego a una conclusión. La sociedad ha cambiado, los hábitos de consumo también e incluso los sabores están modificados para ser más placenteros al paladar, alejándose de los sabores y las texturas tradicionales, por otro lado todos queremos llevar una vida más natural y saludable y muchas empresas tratan de conseguir adeptos para sus productos con palabra como  bio, activos, natural o artesanal ¿Pero  qué haríamos si viésemos a nuestro hijos o nietos mordisquear algunas de estas plantas en el parque?.

(1)    Pan de panizo, fue el demonio el que lo hizo. En otros lugares se refieren al pan de maíz.  Panizo: Grano redondo y anaranjado de esta planta que se emplea para alimento del hombre y de los animales, especialmente de las aves..

Diego Luis Urbano.