Estas notas que presento aquí a modo de artículo son fruto
de mis vivencias; y de la de muchos de
mi generación. Aprendidas de la
generación que nos precedía; no pudiendo opinar si las que nos siguieron continuaron
realizando estas prácticas, tampoco sabría decir más de sus orígenes.
Estas mismas reflexiones fueron utilizadas por mí hace unos
meses en una conversación sobre las cosas de los nenes de mi edad que ya no
hacen los de ahora; me imagino. ; entre
los contertulios estaba Miguel Morales
que me apuntó que el tema podría
ser mi próxima aportación para la revista de Artesanos y aquí me encuentro
intentando dadle forma escrita al fruto de esa plática. Desde entonces trato de
no sacar el tema por miedo a contaminarme con las vivencias de otros, y
contarlas como si las hubiese vivido yo.
Tan solo me he centrado en recabar información sobre el nombre de las
especies que tratamos.
Miguel Morales(Mameluco) ilustró perfectamente el artículo en la revista de Artesanos. |
El contenido en cuestión está inmerso en historias de otros tiempos; sin
querer converger en el tan repetido dicho de “cualquier tiempo
pasado fue mejor” y versa sobre las chucherías vegetales que encontrábamos a
nuestro lado; de ahí el título del artículo.
No piense el lector más joven que por entonces no existían
las tiendas de chuches, pues desembocaría en craso error. Si tuviéramos que
apartar los comercios actuales dedicados a otras actividad en la localidad ,
que entre su portfolio podamos encontrar golosinas en mayor o menor grado, si
solo nos centramos en los establecimientos dedicados a las chucherias en exclusiva,
llegaríamos a la conclusión “a voz de pronto” que en en la década de los 70
principio de los 80; periodo central de esta historia, se encontraban muchos más lugares dedicados a estos boliches;
ya sean móviles o fijos, que en la actualidad. Tan solo en las zonas frecuentada por mí ; la
Villa, como lugar de mi residencia encontramos una tienda de golosinas (regentada
por Carmen, cuñada de Blanco el que tocaba los platillos en la banda municipal),
un puesto fijo en el Gran Cinema, más un puesto
móvil de un carrillo los días de más afluencia a este, y en la zona del
domicilio de mis abuelos en la calle Alta,
encontrábamos uno en la Torrecilla y otro en la calle Galera( solo aludiendo
a los más cercanos, ya que unos metros más
allá, al final de la Calle Caldereros , cerca de la Calle Córdoba encontrábamos el cuartillo de Pepa Mesa ,
aunque allí aparte de chucherías en los
dos metros cuadrados de superficie podríamos hallar numerosos productos de
alimentación. .
En la mayoría de estos locales eran casas en la que se habilitaba un pequeño
espacio de alguna habitación o en la galería
una mesa, algunas veces acristalada o con una gran cesta de mimbre.
El mercado no estaba desabastecido pero se acuciaba la falta
de monetario y los nenes de por entonces echábamos manos a numerosas golosinas
naturales que encontrábamos a nuestro alrededor.
Quizás la más conocida fuese la más lejana, y para conseguir
el popular palodú nos desplazábamos al rio
viejo, a un tiro de piedra de mi barrio; y con un pequeño desvió, en el camino del colegio.
Dentro del recinto llamado Las Escuelas Reales encontrábamos numerosas especies comestibles que
podríamos localizar con suma facilidad:
-El Pan y
Panizo(1) que en este pueblo llamamos a la flor blanca de la Acacia.
-Las semillas de las Malvas a lo que llamábamos “Panecillos”.
-Numerosas Moreras, destacando dos grandes al principio del
segundo patio, una producía grandes Moras
rojas y la de la izquierda exquisitas blancas.
-Una parra que no me explico cómo se mantenía, pues la
teníamos arrasada de pámpanos. Masticando y chupando todos los brotes nuevos
que le veíamos. ¡Creo que jamás llegó a cuajar algún racimo de uvas!.
-En un jardincito que había antiguamente en la calle La
Palma encontrábamos una especie de seto que daban unas florecillas que también
nos llevábamos a la boca para extraerle
el jugo . Resultaba ser bastante
dulce. Es posible que se tratara de una especie de Lirio.
No era raro que mordisqueáramos la base de las hojas de los alcaciles(Alcauciles).
Estas plantas eran muy numerosas; creo que en estado salvaje, en la zona de el
callejón del Lobo, al lado del vivero.
No acierto a recordar si llegué a probar el tallo tierno del
tronco del Cardo Cuca pero
perfectamente recuerdo que vi de
comerlos.
Voy a obviar frutos
como Almendras, Nueces, Bellotas o Mauletas
etc. Porque estos había que conseguirlas fuero del casco urbano,
y por supuesto los productos de la huerta; que aunque cercano s, eran el
resultado del cultivos intensivos.
Resulta curioso; al buscar información sobre las
plantas en cuestión, que están no se
elegían al azar sino que era el resultado de numerosos estudios de nuestros
ancestros y todas gozaban de numerosas cualidades para la cura de enfermedades
o aportes alimenticios.
Asi encontramos que el Palodú ha sido utilizado desde muy
antiguo como un remedio natural, ya que tiene propiedades anti ulcerosas,
laxantes y expectorantes.
Desde bastante tiempo atrás la Acacia era tenida como planta
maravillosa por sus propiedades curativas y la creían de suma eficacia para
ahuyentar la mala suerte. La corteza y la semillas son toxicas pero las hojas y
las flores tienen propiedades beneficiosas para el hígado, dan alivio a los
espasmos, protegen las mucosas del estomago del exceso de acido, reduce la
anemia, la bronquitis y la diarrea.
Durante siglos la Malva fue cultivada para el consumo humano. Dice un
viejo refrán: “con un huerto y un malvar hay medicinas para el hogar”. Se
emplea en el tratamiento de afecciones de las vías
respiratorias superiores, al aplacar la tos; se suele usar la flor, en
infusión o cocimiento para tratar resfriados o catarros.
Las Moras
destacan por la cantidad de beneficios que aporta a nuestra salud entre los que
cabe destacar su alto contenido en
antioxidantes y vitaminas.
De los sarmientos de
la Parra
mana en primavera la llamada “Agua de Cepa” que se considera diurética,
pámpanos y brotes tiernos son ricos en taninos, empleados como astringente contra las
diarreas y hemorragias nasales.
Los Alcauciles (Alcaciles en Castro)son conocidos desde la antigüedad griega y romana son un excelente
diurético, y combaten las grasas, por eso son muy usadas en dietas para perder
peso.
El Cardo Cuca es utilizado en medicina y como
remedios caseros, entre sus propiedades encontramos que bueno para la bronquitis, como diurético,
para prevenir infecciones, trastornos gástricos, acné, menstruaciones
irregulares etc.
Después de recopilar
y comprobar que lo que nos llevábamos a la boca en esos tiempos gozaban
de numerosas cualidades, y que para nada era perjudicial para la salud, llego a
una conclusión. La sociedad ha cambiado, los hábitos de consumo también e incluso
los sabores están modificados para ser más placenteros al paladar, alejándose
de los sabores y las texturas tradicionales, por otro lado todos queremos
llevar una vida más natural y saludable y muchas empresas tratan de conseguir
adeptos para sus productos con palabra como
bio, activos, natural o artesanal ¿Pero qué haríamos si viésemos a nuestro hijos o
nietos mordisquear algunas de estas plantas en el parque?.
(1) Pan
de panizo, fue el demonio el que lo hizo. En otros lugares se refieren al pan
de maíz. Panizo: Grano redondo y
anaranjado de esta planta que se emplea para alimento del hombre y de los
animales, especialmente de las aves..
Diego
Luis Urbano.
1 comentario:
Un fiel reflejo del cambio experimentado en nuestras maneras de vivir. Los niños, analfabetos vivenciales embrutecidos, y los adultos, inconscientes por dejar de transmitir asuntos de tanto calibre socio-cultural como estas "golosinas urbanas" y responsables del triste resultado final. Peroooo . . . siempre nos queda nuestro singular Diego Luis para recordarnos estos temas tan cotidianos e importantes, a la vez. Mis felicitaciones por el artículo.
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