jueves, 26 de diciembre de 2013
Juan de Rivas.
Con uno de los "grandes" personajes olvidados de la historia castreña debemos utilizar el mismo adjetivo; pero con forma apocopada para calificarlo como "gran" militar, quizás el mejor militar de todos los tiempos de esta localidad. Se le reconoció por su valor, esfuerzo, modestia y destreza en la milicia.
Destacó en una época llamada el siglo de Oro de la literatura pero que podríamos perfectamente ampliar a la expansión territorial; que alcanzaba su máxima superficie, y al ejército, que en esos momentos se encontraba en su fénix. El mejor ejercito de todo los tiempos en España y unos de los mejores del Mundo fueron" Los Tercios Españoles".
<<¡Santiago y cierra España!>> Son las últimas palabras que escuchaban los enemigos de España antes de morir masacrado por lo que fue la mejor infantería de Europa durante 150 años; considerada por algunos historiadores como los descendientes de las legiones Romanas.
Sus éxitos se basaban en una perfecta conjugación de las diferentes unidades de la época, formadas con veteranos, soldados fiables y mandados por buenos oficiales, hombres de honor leales al Rey, unido a su fervorosa fe católica propiciaba que no fuesen simples mercenarios. La Pica y el Arcabuz fueron sus herramientas para aplastar brutalmente a sus enemigos.
Juan de Rivas era un joven gentil, elegante, con garbo, hijo de Diego de Rivas y Doña Isabel de Valenzuela naturales de Castro del Río. Posiblemente por un lio de faldas; nos dice Fray Félix Girón(carmelita del convento del Carmen de Castro del Río) "por un despecho domestico" se vio obligado a abandonar el pueblo.
Probó suerte sirviendo al rey en la guerra provocada por los tumultos belgas, la llamada "Guerra de los 80 años". En sus primeras intervenciones se hizo lugar en la Milicia llegando a obtener importantes cargos como Maestre de Campo del Consejo de Guerra en los Estados de Flandes (1595-1616) y, Gobernador y Capitán General de la Villa y ciudad de Cambray.
Destaco de manera asombrosa en la expedición de Ostende.
Decía el Capitán Alatriste al Conde de Olivares:- Es el fin del mundo, Excelencia. Cuando Dios nuestro señor creo Flandes lo dotó con un Sol negro. Es un Hereje, que ni calienta ni seca la lluvia que te moja los huesos para siempre. Es una tierra extraña, poblada de gente extraña que nos teme y que nos odia, y que jamás nos dará tregua, quita más que el sueño Excelencia. Flandes es el Infierno.
En tiempos de Juan de Rivas el imperio gozaba de su máximo esplendor territorial y mantenerlos controlado era de vital importancia.
Con el inicio de la guerra Ostende toma importancia como el único bastión holandés y como puerto de guerra. Era la única posesión de la república holandesa en Flandes y su captura era una cuestión estratégica para los ejércitos del imperio español. A diferencia de otras plazas de los países bajos esta ciudad nunca estuvo en manos española.
Pero la ciudad estaba fuertemente amurallada , rodeada de numerosos fosos inundables y separada de tierra firme gracias a una defensa natural de tierras arenosas y pantanosas, además contaba con numerosos canales dotados de exclusas que les permitían la entrada de barcos de apoyo , por el norte daba al mar y utilizaban la pleamar para el desembarco de material. Asi que aunque sitiada, jamás se logro que estuviera incomunicada.
El sitio de Ostende podemos calificarlos de una guerra dentro de otra guerra. Acaparó todas las energías de ambos bandos, está considerada como la campaña militar más larga de la Guerra de los Ochentas Años, y uno de los asedios más largos y cruentos de la historia mundial. Murieron 100.000 personas (de 55.000 a 60.000 Españoles) y duró algo más de tres años..
Esta campaña tuvo una repercusión internacional. Todo el mundo tenía puesto los ojos. Se puso en marcha toda la ingeniería bélica del momento y se experimentaron otras. Rrecibió numerosos sobrenombres: Escuela militar de Europa, Universidad de la Guerra, Nueva Troya o Gran Carnaval de la Muerte.
En julio de 1601 el Archiduque Alberto de Austria junto a unos 20.000españoles comienza el sitio. Unas 50 pieza de artillería y numerosas maquinas de batir pelotas de piedra comienza a presionar la ciudad hasta el punto que el aire era un puro estruendo. No descansaba la artillería.
A primeros de 1602 con ganas de llegar a las manos y con la mayoría de los edificios de la ciudad afectados y tras un intento de cegar los fosos, los españoles aprovecharon la marea baja para atacar la ciudad, que se defendió con energía abriendo las esclusas de los fosos y ahogando a muchos españoles entre ellos muchos capitanes. Juan de Riva estuvo en los mayores riegos pero no peligró su vida.
Pretendieron muchos que el archiduque levantara el sitio por la imposibilidad de tomar la plaza. Empeñado en ganar el lugar para España idearon la construcción de fuertes flotantes dotados de maquinaria de guerra para evitar que las subidas, bajadas y corrientes del mar las destruyera.
El Archiduque atendía la batalla desde Gante; donde encontraba financiación y apoyos, dejando en su lugar "como dueño del ejército y con sumo imperio y Gobierno al Capitán Juan de Rivas".
El 20 de Agosto lanzan una inmensa plataforma de madera dirigida por el castreño y es atacada con bolas de fuego, de las que 135 hacen blanco, lo que provoca un incendio que avivado por el viento tardan tres día y tres noches en sofocar bajo la dificultad de estar bajo el fuego enemigo. Gracias al tesón de los de Rivas a los pocos días estaba de nuevo reparada. No dejando de molestar a los sitiados
Habían llegado al campamento de Juan de Rivas dos grandes de España Don Pedro Girón Duque de Osuna y Don Juan de Medicis. Este último trató de convencer a Juan de Rivas de cómo debía tomar la plaza, aunque este no le hizo caso no evitó que el archiduque amonestara a Rivas por tomarlo en cuenta.
Viendo el archiduque que no se realizan avances y tras recibir nuevos apoyos da el mando al noble genovés Ambrosio de Spinola. El 8 de octubre de 1603 comienza Spinola a apretar a los sitiados, tras pactar la rendición los españoles entran en la plaza el 2 de septiembre 1604. Quedando el castreño Juan de Rivas como gobernador de Cambray hasta su muerte el 17 de febrero de 1616.
Las hazañas de Don Juan de Rivas según el Carmelita Juan Félix Girón las conocemos gracias al capitán, Don Francisco de La Torre, que estuvo siempre a su lado
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2 comentarios:
Tengo un sobrino holandés, casado con una sobrina, y todavía cuenta que para dar miedo a los niños, aun se les decía "que viene el español"
Hola Marcos. Eso es lo que pasa en las guerras, además los que fuimos a molestar; a los que estaban en su casa, en defensa de un imperio territorial y una religión que para nada nos interesaba pero era cosas de estado, fuimos los Españoles, mientras los piratas ingleses se encargaban de saquear nuestros barcos. En Fin que también sufrieron los soldados de España allí y allí empezó el imperio que nunca se ponía el sol en sus territorio a decaer. Feliz año nuevo, amigo Marcos ¡¡¡¡¡¡¡¡.
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