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Si notais que llevo mucho tiempo sin escribir, posiblemente me esté pasando la mismo que le ocurrió a García Birlán.
"El deber me ordena que os dedique esta crónica y la pluma se niega a escribirla. Se amontonan las notas en mi imaginación y la péñola no sabe darles forma. Esfuerzo el pensamiento, concibo ideas, bullen las palabras en la mente y aun permanecen blancas las cuartillas."

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¿Un cateto escribio esto?:

Esta cárcel que, durante varios meses, le dio ocasión de un trato prolongado con el mundo variopinto del hampa, verdadera sociedad paralela con su jerarquía, sus reglas y su jerga, parece ser, con mayor probabilidad que la de Castro del Río , la misma donde se engendró el Quijote, si hemos de creer lo que nos dice su autor en el prólogo a la Primera parte: una cárcel «donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación», y en la cual bien pudo ver surgir, al menos, la idea primera del libro que ocho años más tarde le valdría una tardía consagración.

Cervantes en su vivir .

Jean Canavaggio

sábado, 14 de mayo de 2011

Una nueva tumba de época romana.

El próximo viernes asistiré a una exposición organizada por los jovenes arqueólogos Antonio Criado y Manuel Cobos. Allí veremos el rico ajuar funerario encontrado en una tumba en la calle el Arco; han tenido la brillante idea de mostrar las piezas antes de ser trasladadas a Córdoba. No se piensen ustedes que van al flamante museo arqueológico de la capital, sino a un almacén de piezas arqueológicas situado en un antiguo silo; no me debo de callar, que hace poco la policía incautaba unas piezas procedente de éste que se habían extraviado años antes y habían ido a parar por culpa del azar a una casa de subastas.


Que yo recuerde, ésta es la tercera exposición que se celebra en este pueblo de piezas arqueológicas; pero también tengo que decir, que es la primera vez que las piezas de la exposición son extraídas del suelo en unas condiciones medianamente aceptables para su estudio por personal cualificado.

A las pocas horas de aparecer todo el pueblo sabía que era una ciudadana romana; y no rumana, la enterrada allí(Desconozco si en este pueblo se le ha dado sepultura a alguna persona de ese país, lo que si se, es que tenemos de vecinos un numeroso grupo de habitantes de ese origen).
La época por lo visto debía ser anterior a la actual. Más de uno se interesó por los anillos de oro; por si podría ocupar algún dedo de su mano; como el zapato de Cenicienta; el tamaño hacia descartar cualquier parentesco con los allí presente. Debía ser persona joven . Además la preparación del enterramiento con su ajuar hacia pensar que la muerte debía haber sido de forma natural, así que quedaba anulada la investigación policial por asesinato.




Recordaba yo, de hace años, unas pegatinas que comenzaban a colocarse en los cascos de los motoristas, y que decían “En caso de accidente no me quites el casco” algún tiempo después me hizo gracia ver otra que decía “Ni la cartera”. Esto debió pensar la pobre chica enterrada allí cuando le robaban sus pertenencias, recipientes que contenían hierbas, aceites, perfumes, lágrimas de sus allegados, sus joyas mas preciadas; todo ello preparado para el mas allá, para la otra vida ¿Qué le ha quedado para pagar al barquero Caronte? .Su espíritu vagará 1000 años sin descanso.




El ajuar por lo visto es bastante interesante, pero para mí, lo que mas aporta esta tumba es información para ir completando el mapa arqueológico de Castro, que podemos ir hilvanando con otros apuntes:

En los años sesenta del siglo pasado, unas obras sacaban a la luz una necrópolis en la calle Ancha, esta información me llego de manos de Pepe Villalba y según él, eran de época visigoda, muchas de ellas contenían ajuar. Pude comprobar en la última obra llevada a cabo en dicha calle la existencia de losas funerarias, descontextualizadas, y del mismo material que las hallada en la calle el Arco. Lo que nos hace pensar que la necrópolis es de un tamaño considerable. Para eso debemos imaginarnos el terreno sin las construcciones actuales.

Hace unos diez o quince años, en una obra de la calle el Baño aparecieron numerosos restos de época romana; los restos cerámicos que vi, me llevaron a pensar que pertenecían al época alto imperial. La conclusión que por entonces saqué era que los baños encontrados hace mucho tiempo en dicha calle y que le da nombre, no eran como se había venido diciendo de época islámica si no romana.

En la esquina de la calle el Baño esquina calle Moreno, a unos cien metros de la tumba que llamamos de la calle el Arco, en los años setenta, apareció una lápida de época romana, esta se había re-aprovechado como quicio de una puerta. Se encuentra actualmente en el ayuntamiento. Esta muy mal conservada; la piedra es de mina, negruzca con betas blancas.

Por el tipo de letras y por la leyenda se ha datado cronológicamente en el siglo I d.c., dos siglos antes que la de calle el Arco. La situación social es también diferente, el tipo de inscripción fue utilizado por esclavos y libertos. No tenemos noticias de ajuar para esta tumba. Las dos coinciden en ser enterramientos femeninos.

No sabemos si se cumplió lo que el marido y el hijo pedían para esta mujer allí enterrada y que quedo reflejado en un verso cincelado en la lapida “Te ruego, lapida, que te dejes caer suavemente sobre sus huesos; que por nuestro empeño no sufra una vez enterrada. Graeca, esclava, aquí está enterrada. Adiós lacco, tu compañero y ***** lo hizo (hicieron) a sus expensas”.

Lo que si es seguro que a su vecina el peso de la losa le machacó sus huesos y parte del ajuar.



Si esta lapida definitivamente es del mismo sitio donde se descubrió, podemos tener completado el mapa las necrópolis dependiente de la población de Castro del Río desde época ibérica republicana hasta final del imperio romano, Situándose el primero en el mismo terreno que el actual cementerio.

1 comentario:

Manuel Torrent (el anonimo) dijo...

Ahora me voy a mojar un poquito, para hablar de esa vía romana tan importante, en su comentario de la nueva tumba de época romana en la c/ El Arco, que amablemente le fué presentada por Antonio Criado y Manuel Cobo, al que aprovecho desde aquí para mandarle un saludo de parte de un cansado que no paraba de hacerle preguntas hace poco más de un par de semanas, cuando amablemente nos sirvió de "cicerone" para enseñarnos las cosas más importantes de esta villa, entre ellas el museo arqueológico, en el que pude ver las hermosas piezas allí conservadas, pues bien en esa cata arqueológica, ¿por casualidad no salió a la luz una calzada romana? de la que quisiera desarrollar un trabajo muy particular.
En la Iglesia de la Asunción, haciendo unas obras en la solería dentro del templo, fué encontrada otra pequeña parte de calzada, y pensaron que sería el Gran Cardo de la ciudad romana, y estos que así pensaban, hoy estarían más seguros si vieran que el trazado de esta calzada de la Iglesia con la nueva, si nos fijásemos bién veríamos que están en una recta, que para mí, no sería el Gran Cardo, sino parte de una vía que venía del norte y que daría acceso a la pequeña fortificación, pues las murallas de ésta, es muy posible que no tuvieran que defender mucha superficie de zona habitada; y esta idea, creo que la puedo respaldar por esa sepultura junto a la calzada, pués era una constumbre romana de la época, colocar la necrópolis junto a las calzadas, para que fueran vistas por los visitantes que por ella transitaban, raras veces las inhumaciones se hacían intramuros, y estos ejemplos sin ir muy lejos, lo podemos ver en Córdoba.
Espero una pronta mejoría de su salud, porque quisiera contar con su opinión para esta idea tan atrevida.
Un saludo y hasta pronto.