..

Si notais que llevo mucho tiempo sin escribir, posiblemente me esté pasando la mismo que le ocurrió a García Birlán.
"El deber me ordena que os dedique esta crónica y la pluma se niega a escribirla. Se amontonan las notas en mi imaginación y la péñola no sabe darles forma. Esfuerzo el pensamiento, concibo ideas, bullen las palabras en la mente y aun permanecen blancas las cuartillas."

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¿Un cateto escribio esto?:

Esta cárcel que, durante varios meses, le dio ocasión de un trato prolongado con el mundo variopinto del hampa, verdadera sociedad paralela con su jerarquía, sus reglas y su jerga, parece ser, con mayor probabilidad que la de Castro del Río , la misma donde se engendró el Quijote, si hemos de creer lo que nos dice su autor en el prólogo a la Primera parte: una cárcel «donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación», y en la cual bien pudo ver surgir, al menos, la idea primera del libro que ocho años más tarde le valdría una tardía consagración.

Cervantes en su vivir .

Jean Canavaggio

viernes, 13 de enero de 2023

Carta de amor a un bicho.

 

Carta de amor a un bicho

@Diego. L. Urbano Mármol

 

Algo puede más que mi pereza para escribir y es el complacerme a mí mismo con la colaboración en la revista del mítico Círculo de Artesanos con alguna historia o relato de esos que bullen por mi cabeza.

El análisis que se antepone al inicio de la redacción y/o en la maceración de las ideas es el título. No sé si existe alguna norma para esto o algún consejo de la unión profesional de escritores sobre en qué momento se hace esto. Yo, por norma general, suelo titular mis escritos en el inicio.

Considero que un buen título puede ser un gran reclamo, pero no soy yo el que utiliza esas astucias para conseguir lectores. Quien me va a leer me va a leer de todas formas. Me imagino que mis lectores son personas asiduas a la lectura de la revista al completo. Máxime cuando lo que quiero decir lo dejo siempre para el final y aprovecho las tres cuartas partes de mi escrito a manera de preámbulo.

Si tuviera tiempo y espacio sería capaz de salirme del mapa pues con tan solo escribir “Circulo” (de Artesanos) me viene a la cabeza comentar lo actual de esa palabra en términos políticos, pero claro, ya me iría por otros derroteros y perdería al lector interesado en el tema que me trae y que he titulado, pues entiendo que de análisis políticos estamos hastiados. También se me antoja no dejar escapar las grandes y minúsculas posibilidades de juego que da un buen título. En prensa este tema ya es el sumun. Redactores que juegan con los títulos para manejar a su antojo cualquier información y aprovechar al «lector de desayuno» con prensa, solo se queda con los titulares. Y es que un titular lo dice todo. Y si lo dice todo ¿para qué escribir un artículo completo? Imagínense que un escritor de novela policiaca titulara su obra «El asesino es el mayordomo». Pues que tendría que emplear otros recursos para tener enganchado a la persona que lo está leyendo y trata de desenredar el entresijo.

Sabía que algún día tendría que darle forma escrita a los sentimientos de fascinación que me produjo el volver a ver a quien me dirijo con estas letras. Y lo hago dedicándole una carta de amor.

Querido bicho: espero que al recibo de esta te encuentres bien y que la suerte te acompañe por «doquiera». Ante todo, debo pedirte perdón por no haberte reconocido; y no porque no pusiera interés fijándome con gran expectación, pero los años transcurridos desde que te vi la primera vez y creciera mi fascinación por ti, han provocado un pequeño deterioro en mi memoria.  Creo que tú no has envejecido como yo, te esperaba de otra manera, más cambiado. Cómo iba a pensar que te mantendrías como hace cuarenta y cinco años. Me enamoré de ti con tan solo un par de veces que nos vimos aquellas noches de verano en mis visitas a mis abuelos. Admito que yo estaba más pendiente de ti que tú de mí. Posiblemente jamás te fijaras en mi…

(Joder, que tostón os estoy metiendo. Así, cualquiera termina de leer el artículo. Ni sé escribir cartas ni soy romántico al escribir. No sé por dónde me he cogido esta licencia).



Mi historia comienza a principios del verano de 2021, cuando en unos de mis paseos nocturnos por la ribera, entre los matojos, pude observar una luz que me llamó la atención. Me acerqué pensando que era un teléfono móvil que alguien podría haber extraviado. Agaché mi cabeza y fijé mi mirada hacia el lugar de donde procedía esa extraña luz, pero no encontré nada de lo que actualmente pudiera producir ese halo de luz potente y verdoso, al menos algún dispositivo electrónico.

Rebusqué entre los matojos secos con un puntero fabricado in situ, ya no me fiaba.

Allí estaba él, el bicho de luz. Quise fotografiarlo, pero el flash anulaba su torrente de luz, más bien la contrarrestaba. Por ese día terminaron los contactos. Ahora tenía que documentarme. Actualmente todos llevamos una enciclopedia encima. Pausando el paso comencé a asesorarme en un buscador de internet buscando «bichito de luz»:

 “[Los lampiridos (lampyridae) son una familia de coleópteros polífagos que incluye los insectos conocidos como luciérnagas, bichos de luz, curucusíes, 2 isondúes, 3 cucuyos y gusanos de luz, caracterizados por su capacidad de emitir luz (bioluminiscencia). Muchas se pueden encontrar en pantanos o en las áreas húmedas y boscosas, donde sus larvas tienen una fuente de alimento abundante. Son coleópteros de cuerpo blando relacionados con las familias LycidaePhengodidae y Cantharidae, con una distribución mundial de al menos 1900 especies conocidas]”.

 


Para que nos sean más familiares: es un escarabajo de toda la vida; bueno, no, un tipo de escarabajo que produce luz sin aumentar la temperatura. Esta llamativa luz que ha encandilado a miles de generaciones durante toda nuestra existencia es utilizada por estos insectos como reclamo amoroso y en época de aparearse. En noches de verano —finales de junio y julio— podemos encontrarlos en zonas propicias para ellos: lugares húmedos, con vegetación, ricos en caracoles y babosas, cerca de agua no contaminada y, sobre todo. limpia de pesticidas.

Hoy en día, como claramente existe lo contrario, es difícil verlos y hasta hay quien piensa que se habían extinguido en la campiña. La saturación lumínica de los espacios que recorremos tampoco ayuda a visualizarlos.

De pequeño podía ver los machos volando con su intermitente luz (sólo los machos lo hacen) en busca de alguna hembra que se encontrara escondida en las hierbas con su luz fija para facilitar el contacto.

La casa de mis abuelos paternos se encontraba bajo la muralla, con un gran espacio natural entre ambas, el cual reunía todas las características para su hábitat. Después de preguntar a vecinos del lugar, he podido constatar que en esa zona existía una colonia perenne que hacia las delicias de la chavalería en las calurosas noches del estío castreño.

Cerca de cincuenta años han tenido que pasar para reencontrarme con ellos. Fue en el verano del 2021 cuando las visualicé por primera vez. La zona donde las encontré es un lugar donde suelo pasear desde hace bastantes años ya. Y jamás las había visto; y mira que he visto bichos en mis paseos, fijándome a conciencia, y en días posteriores pude contabilizar hasta tres o cuatro hembras. Mientras que duraba el periodo de noviazgo, más o menos unas semanas, siempre las localizaba en el mismo lugar. Al contrario de mis avistamientos esporádicos de nene, que eran por el aire, éstas se encontraban fácilmente reconocibles en el suelo. En el verano del 22 he podido contabilizar al menos el doble. Por supuesto que no he querido publicitarlas por no molestarlas. Tan sólo se las he mostrado a quien me ha podido acompañar en esos días.



La zona donde se encuentran es un terreno baldío entre la N-432 y el río Guadajoz y reúne las mejores características para el desarrollo de esta pequeña colonia.

No sé si estos sentimientos que vengo a mostrar hoy en público los hago de una manera imparcial al recordarme mi niñez, donde toda la familia se encuentra completa y unida, o por la expectación que me produce esos bichos generando luz propia. Posiblemente puedan ser las dos cosas.

Si te han quedado ganas escucha la música

 [Historias de misterio e imaginación” (Tales of Mystery and Imagination. The Alan Parsons Project).


.https://youtu.be/y7htAlPqwBI

Delum.




domingo, 16 de enero de 2022

El Valor añadido de la cristalería

Copa elegida como oficial hace unos años por la denominación Montilla-Moriles.

 

El valor añadido de la cristalería.

                     “Un soneto me manda hacer Violante
                      que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
                      catorce versos dicen que es soneto;
                      burla burlando van los tres delante.” Lope de Vega.

   Cuando me comentaron lo de colaborar con algún escrito en la Revista del Circulo de Artesano, a mi cabeza le dio por cavilar. ¿Tengo algo que contar? Ipso facto respondí afirmativamente. Podía escribir algo fuera del guión al que me tengo sometido(esas cosas de las antiguallas.

-Escribiré un artículo de Opinión

El tema que elegí , no es baladí, es algo que tengo trillado en mí día a día y del que algunos allegados ya  están al tanto, Para mí, como descubriréis es de suma importancia.

Como uno; muchas veces,  piensa que “va de sobrado”, cree que lo que cuesta tan poco de decir, va a costar lo mismo al escribirlo. Y no es así. Al escribir hay que tener mucho cuidado. Lo escrito se queda ahí. Las palabras dichas se las puede llevar el viento o donde dije” digo” ahora digo “Diego”.

Bueno,  pues eso. Que hay que empezar a escribir, que me cuesta trabajo, que tengo que empezar si o si, que por eso me he comprometido. Tenía en la mente cómo empezar y después de las últimas informaciones sobre el tema que os traigo, he decidido cambiar como iniciar mi escrito. Os quiero  hablar de los Vino Finos, y en especial el de  nuestra tierra.

Quería empezar diciendo que había estado una vez en Valladolid de vinos, pero la reciente noticia que un vino fino de la denominación de Montilla Moriles habría alcanzado una nota muy importante en un importante concurso , me ha trastocado la idea inicial.


Esto ha ocurrido en el Concurso Internacional de Sumilleres de España. Los premios Akatavinos Civas.  Un concurso donde 300 bodegas han sido  nominadas después de haber analizado 3.000 vinos de diferentes categorías, siendo 150 las bodegas finalistas. Nuestra denominación no ha sido capaz nada más que de situar menos de una media docena. Destacando como ya viene siendo habitual en la categoría de dulces dos P.X. Uno de toro Albalá con  la máxima puntuación, 99 puntos de 99. Pero la sorpresa me la he llevado con un fino, el Magnum Solera Fina María del Valle en rama, Que se ha llevado uno de los galardones “Civas Gran Oro” con 97 puntos.Esto es una buena noticia para nuestros finos ya que es el resultado de estar haciendo las cosas bien. Recordemos que Montilla Moriles fuera de su entorno pasa desapercibido por sus finos. Tan solo P.X, Amontillados o Olorosos marcan alguna pauta fuera de nuestras fronteras más inmediatas.

Ahora, si. Estuve hace unos años en Valladolid de vinos. Me quedé sorprendido de la cantidad de personas que consumen vino. Creo recordar que era viernes noche cuando anduve de bares. El ambiente era fenomenal. Numerosos establecimientos se dedicaban en especial a la venta de ese rico elixir. Mucha gente joven “estaba de vinos”. Por lo que pude comprobar; cuando me recogía hacia mis aposentos, cuando tiraban las botellas vacías a los contenedores el líquido rojizo se había consumido de una forma desorbitada. 

Esto, y otros detalles que vi en la comarca me llevan a pensar sin error alguno que en esa zona hay cultura vitivinícola y enológica, cosa que aquí no existe. ¿Por qué?

 Hace ya muchos años unos ingleses en una de las comarcas donde se crían vinos finos descubrieron que a los barriles que se le formaba una "telilla" en la superficie y se le mantenían, a ellos le parecía  que el vino que se producía era más gustoso.  Hasta entonces, los bodegueros pensaban que esa "costrilla"  que se formaba era un defecto del vino, incluso añadían productos para que esta desapareciera. 


La observación de los ingleses fue madurando y la puesta en marcha de esa nueva forma de crianza fue tomando auge en las demás zonas vitivinícola. Recordar que son tres. Jerez, Sanlúcar y Montilla-Moriles.

 

Nació una forma diferente para producir este nuevo  tipo  de vino. La crianza biológica bajo velo de flor con un sistema de trasiego entre diferentes barriles llamados  criaderas. Así iría pasando  el vino por diferentes estados. Desde la fila más alta que estarían los vinos mostos hacia abajo haciendo escala en las siguientes filas hasta llegar hasta la situada junto al suelo, a la que se le llamara Solera. Este trasiego durará varios años y se irán rellenando  los huecos resultante de los refrescos y de la cantidad de vino que se saque de la más abajo.

La denominación de origen Montilla-Moriles  marca unas pautas de obligado cumplimiento; aunque hoy en día no se lleve a cabo por las nuevas tendencias que existen en el mercado, este principalmente es el sistema. Los vinos finos deben de tener 15º grados de alcohol, a la solera no se le podrá sacar más de un 30% al año y el vino fino ha debido estar en madera al menos tres años.

Hay una falsa creencia; muy extendida, en esta zona y que la he escuchado muchas veces que es la de beber vinos más joven porque son más ligeros de alcohol. El vino de tinaja o mosto debe tener 15 º para poder entrar en el circuito de las criaderas. Por lo consiguiente las soleras sean de los años que sean debe tener  los mismos grados, al menos mientras  estén bajo crianza biológica. Otro caso es que pase a la oxidativa, ésta dará otro tipo de vinos que no vienen  ahora al caso.

También hay en el mercado vinos con menos contenido  alcohólico pero estos jamás se podrán vender como “fino” sino como “vino” a secas y están amparados también por la denominación.

Creo también que no hay en esta zona cultura vitivinícola y/o enológica porque hay arraigadas muchas falsas creencias. La misma denominación de origen no explica bien las cosas. Hay personas que aún piensa que un vino de tinaja  es un vino en rama. Hoy se envasan vinos de tinajas en cajas que están tratados     o filtrados  para que duren más tiempo envasado. Aunque sigan siendo un mosto por no haber pasado por madera, ya no está como salió del recipiente. Vino  o fino en rama será  pues el que ha salido de su recipiente sin haber  sido manipulado. Tenga 3 o 7 años.

Otro error es pensar  que criar fino es  una labor sencilla y hasta hace poco existía la moda de tener un barril de dos arrobas creyendo que podría conseguir un buen resultado. Más bien  estos  servirían de envase para soportar el liquido y era muy normal que el mosto comenzara a degradarse una vez vertido,  llegando a “subirse de color”, incluso a coger cierto sabor a coñac. 

Uno de los estigma más grande de   estos vinos es la de haber sido la bebida más frecuentada para las borracheras por ser quizás la más barata, cuándo whiskys, ginebras  y rones u otras más españolas como anís o coñac, con el triple de contenido alcohólicos se han visto más valoradas. Incluso las primeras más estilistas. “tomar un whisky”,¡ ja,ja!. ¡Como los irlandeses!.

Hoy en día los vinos malos han desaparecido. Han quedado los buenos y los mejores. Los criadores se afanan por ofrecer finos de mucha calidad. De hecho, quien frecuente la Cata del vino que se celebra en Córdoba en el Mayo cordobés habrá comprobado que las numerosas bodegas presente llevan los más granados de sus bodegas y que la juventud acude masivamente a la cita. Algo falla cuando durante el resto del año no vemos a los jóvenes beber fino. La razón, a mi entender es que nadie trata de fomentar estos cardos a diario, tan solo en ocasiones.

A mí alrededor veo a muchas personas que están al día de lo que acontece en el mundo de los vinos de moda. Se pusieron en los primeros puestos  de consumo hace unos años un vino Italiano muy parecido a un tinto clarete con gaseosa llamado Lambrusco.  Ahora es otro que, aunque ya se produce en muchas bodegas españolas el origen es también de nuestros vecinos mediterráneos, el Frizzante.

Vinos blancos, rojos , rosados, con burbujas o sin ella. Todos están muy ricos, muy gustosos de beber y muy dulcecitos, ¿sabor a palote de fresa?. ¡ A saber lo que lleva la Coca- Cola!.

Pero los que vedad nos han ganado la guerra son los tintos. Todo el mundo habla bien de las excelencias de los tintos, hasta los médicos. Lejos quedaron los consejos sobre los finos del Doctor Concha.

El personal sabe lo que es un tinto cosecha, tintos crianzas y reservas. O grandes reservas. El que más, no ha pasado  ni un año en barrica. Recordar que como mínimo tres años para un fino.¡ Con lo que chupa la madera!.Nada de crianza bilógicas. Buenas añadas y nuevas barricas, y a disfrutar. Cualquier bodega de finos tiene barricas de dos siglos. La de tintos tiene una vida de siete u ocho, son otras formas.

El usuario gira la botella de tintos y lee la contra etiqueta. Sabor a tabaco, frutos rojos, tabaco, vainilla, tierra y yo no sé que más sabores escriben. Yo no saco ninguno.

 ¡Alto! Este con carne, con pescado no. Abra, oxigene, decante. Todo un ritual. El barista te ofrece una carta de vinos que no se la salta un galgo. Te invita a ver su vinacoteca a trece grados de temperatura, ni uno más  ni uno menos. Te sirve para que pruebes en una copa de balón, que cuando la levantas teme por su vida. Cristal de bohemia del bueno. ¿Quién es capaz de decir que está malo? Ah sí, tu compañero dice que parece que está picado.

Cuidado: No se gira la botella. Se gira la mano del sacacorchos. Que hay que hacer bien las cosas.

¿Cómo no se puede pedir una copa de tinto? Con lo que se chulea  con la copa, si pareces que tienes un trofeo en la mano. La copa es de primer premio, el vino igual es un cosechero.

Desde luego  que estoy siendo muy frívolo con los vinos tintos. Esos por querer explicar en dos segundos su  crianza, así,  a voz de pronto. Como  si eso fuese así de sencillo. Aunque  lo que  he tratado más el “parchoseo” que existe a su alrededor que en su elaboración.

 Blanco o tintos han mejorado en España en los últimos años una exageración. El cultivo de nuevas variedades de uvas y el perfeccionamiento en el tratamiento de la uva y la temperatura de recolección, los nuevos sistemas de prensa y fermentación controlada, de almacenaje de los mostos bajo hidrógeno  y la posterior crianza selectiva, unidos al conocimiento del público que los consume; cada vez  más exigente, tanto dentro del país como el extranjero, está llevando a una maratón diario en las bodegas por sacar lo mejor.  .

 Miles de actividades se organizan alrededor del mundo del vino, concursos, catas, enoturismo , maridajes, etc.etc. Con un solo resultado: el vino está de moda.

¿Y por qué no arrancan en esa moda los finos de Montilla- Moriles? Por muchos motivos a mi entender.



Una revolución en el envase se produjo  cuando a alguien se le ocurrió meter una bolsa en una caja; en Inglés “Bag in box” . Desde luego que este sistema garantiza la calidad del vino al estar reservado de la luz y el oxigeno, pero no es lo más vistoso para el vino en la hostelería.  Debería rellenarse botellas o jarritas u otros envases atractivos, para hacerlo llegar al consumidor  y tener las cajas fuera del alcance de la vista, y si se opta por tenerlos en la barra, estos deberían de estar lejos de fuentes de calor en lugares frescos, no al lado de la máquina del café, por ejemplo.

 Hay denominaciones que prohíben comercializar sus vinos en estos envases, solo  pueden ser embotellados.

Otro problema es la numerosa oferta de marcas de vinos que se tienen en algunos establecimientos, provocando que la rotación de estos sea mucho más lentas.  Y sobre todo la cristalería que se utiliza: el catavino generalizado hace años que no es recomendado para servir estos vinos, tan solo para el capataz de bodega a la hora de registrar las botas.  Este catavinos lleno hasta arriba ni es vistoso  ni es atrayente. La gente joven necesita estar al día, renovarse constantemente, estar a la moda, destacar, ser innovador y,  desde luego, con el catavinos tradicional no lo es.

Una copa grande con un pié alto. Medio llena o medio vacía; como les guste a los señores. Con ese liquido elemento verdoso si es de Moriles o alimonado si es de la Sierra. Co ese saber estar de los jóvenes.  ¡Qué rico! Explicar cómo distinguir uno y otros.

Con este breve resumen de algo que va tan  unido a  la historia de la humanidad trato de aportar un  pequeño gesto para la  revolución que debe de producirse en un sistema tan asentado.


Brindo por ustedes con un buen fino y una bonita copa.

Saludos y Felices fiestas.

Diego L. Urbano Mármol. Diciembre 2021.

P. P.D: Consultando las normas oficiales publicadas de la D.O vinos con unas décimas más o menos  también se reconocen como fino, ejemplo 14,5. las sacas de la solera repartidas en dos o tres al año no pasaran del 40% del volumen.

·         Castro del Río pertenece a la D.O Montilla Moriles y aunque el cultivo de la vid en el ruedo de la villa es prácticamente marginal no lo es así en nuestra pedanía del Llano del Espinar. Estos se consideran de máxima calidad por estar limítrofe con lo que conocemos por “La sierra de Montilla”.

martes, 21 de septiembre de 2021

Restos de construcciones Industriales en Castro del Río. Las Torres de los Molinos aceiteros de Viga y Quintal.

                                                     Foto del asunto que nos trae. Castella.

Introducción.
Una de las cosa buenas que tiene escribir en estos medios es que garantiza la durabilidad de tu escritos. Otra es, que no tienen por que ser bueno para que te lo publiquen. Estas cuestiones son idénticas; por lo que conocemos hasta el momento, al subir a Internet tu obra. A priori parece que va a durar más que el hormigón de los romanos.
 En el fondo; y con resignación, esto es lo único que puedo hacer y que al parecer va a perdurar en el tiempo. Lamentablemente no será así para los protagonistas de mis últimas publicaciones en la revista de Feria. 
 El periodo que voy a intentar abarcar es el de la Pre industrialización y la industrialización, para luego centrarme en una de las actividades que la comprende, y es la que me aportará el tema principal.
 Con esto no piensen que trato de reescribir la historia económica de esta población donde su principal fuente de ingreso ha sido la agricultura. No por ello podemos dejar a un lado el peso de la industria en Castro del Río, que, lejos de ser algo marginal tuvo bastante relevancia. 
 Estas industrias nos han ido aportando durante estos años un patrimonio inmobiliario que aun podemos observar repartido por nuestro entorno, principalmente cerca de río. Estos inmuebles son cada días más escasos pero aún podemos encontrar algunos ejemplos dispersos de cada actividad. 
Los Molinos harineros. 
El año pasado abordé la necesidad de intentar salvar el último molino harinero que queda en nuestro casco urbano, El Molino Poncima o de Aguayo (https://www.uco.es/meridies/images/docs/molinodeponcima.pdf). 
 Tenemos otro muy cerca; a un par de kilómetros río arriba, en el mismo estado. El de Las Laderas ( https://www.uco.es/meridies/images/docs/molinodelasladeras.pdf ) . 
Antaño, la cantidad de estos molinos sobre el cauce del río que baña nuestra población llevó a los árabes a renombrar el Salsum de los romanos por otro en su lengua. Guadajoz, río del Pan. 
 Al día de hoy podemos apreciar que dicho molino está en estado de derrumbe eminente habiendo empeorado en los últimos meses. Apuesto que la techumbre no da este invierno. 
La misma suerte que la de los molinos han corrido sus norias. Era de tal importancia la actividad harinera en esta población que las norias trabajaban 12 horas para riego y otras doce para mover el empiedro de estos molinos a mediados del siglo XVIII.
 En 1754 el Marques de la Ensenada realiza el catastro sobre Castro del Río y enumera los molinos harineros dando un resultado de 6 Molinos. El mayor de ellos contaba con cuatro muelas. El de Aguayo o Poncima por ejemplo, dice que tiene dos. 
 En 1891 se recoge uno más, y son los siguientes: El de la Alameda (de Francisco Rodríguez Carretero y Osuna), el de Las Laderas (de Santiago Millán y Aranda y condueños), El de Aguayo (de Andres Rodríguez y Castro y condueños), Maderuelo (propiedad de los mismos de Aguayo), El de Hospital (de Gabriel Lovera y condueños) y el del Carmen (de Francisco Carretero). 
Fábrica de la Luz y azuda.


Las Fábrica de Luz.
 (Fotos fabrica de la luz)
 De las dos “Fabricas de la Luz” que estuvieron en funcionamiento en el siglo pasado en la Localidad podemos encontrar una de ellas con el Edificio en pie, y por lo que podemos apreciaren buen estado. Se encuentra justo al lado del puente (desde ahí podemos además apreciar su azuda) que se construyo en la circunvalación de la carretera de Montoro, aunque la entrada es por la N-432. De la otra, la del Campamento, aun quedan vestigios camuflados en el colegio que allí se encuentra.
                                                             Restos de un tejar

 Tejas y Ladrillos
(Foto tejares) 
Estamos de suerte porque, si nos empeñamos, podemos encontrar aun algún tejar familiar; de los muchos que estuvieron en funcionamiento en nuestra vega, camuflados entre las nuevas construcciones. De las dos cerámicas de bastante entidad y grandes hornos que existieron ya no encontramos resto alguno.
 Miles(o millones) de ladrillos castreños nos encontramos en los muros de los edificios construidos en Sevilla para la Exposición Iberoamericana de 1929.
 En 1754 existen en esta villa seis hornos de Cocer Tejas y Ladrillos. En 1891 nos encontramos con uno más. 
 Los propietarios de los hornos son: Rafael Sánchez- Rincón Tienda, Diego Melendo Merino, Francisco Castilla García, Bernardo Sánchez Bello, Francisco Millán Povedano, Jose Moreno Moral, Diego Sánchez. 
 Muchos de estos apellidos están presentes en los últimos propietarios de dichos hornos.
 Chocolates.
 Existió a principios del XIX una fábrica de chocolates que merece la pena recordad porque el edificio se mantiene aún en pie y bien conservado. Estuvo instalada donde hoy encontramos el reñidero en la calle Rincón, y como no podía ser de otra manera la marca de los chocolates era “Los dos Gallos”. 



                                                      Interior Bar Los Molinos
        

Los Molinos Aceiteros. 

 Por último hablaremos de la industria más numerosa y la más representativa de Castro del Río como son, los molinos de aceites. En ellos es donde podemos observar la evolución en la maquinaria. Desde el prensado por el apriete de una viga a la prensa hidráulica. De la utilización de animales para mover las piedras al motor, ya sea de gas-oil o eléctrico hasta evolucionar en los modernos molinos actuales. Hasta hace poco hemos podido comprobar cómo algunos molinos, que por abandono de la actividad hace bastantes años, habían quedado fosilizados. Ofreciéndonos una visión perfecta de los viejos molinos donde no había llegado la revolución industrial o se encontraban en la antesala. Creo que hoy en día están todos desmontados por falta de interés. 
La industria aceitera en Castro del Río era bastante numerosa. El Catastro de Ensenada nos dice que en 1754 existían 24 Molinos para moler aceitunas. La mayoría eran de 3 vigas y una muela aunque encontramos uno mucho mayor con 4 vigas y dos muelas. Casi todos tenían su bodega. 
 Sus propietarios eran hacendados, la mayoría no residentes. Los agricultores castreños podían elegir el que más le conviniese. Esta opción, me imagino, provocaría un intento de mejora en el servicio a los agricultores al existir una verdadera competencia. En el caso contrario encontramos Baena;( me ha parecido conveniente consultar el número de molinos en las localidades vecinas para hacernos una idea del peso de esta industria en esta villa) donde nos dice Ensenada que tan solo vio uno, y que era propiedad de un único dueño, el Ducado de Baena. No podemos caer el error de pensar que con un único molino se podría molturar toda la aceituna de su término, más bien creo que se refiere a un solo propietario. Dicho molino estaba compuesto por 24 vigas y 24 piedras. Espejo, tan solo tendría 3 molinos aceiteros. 
En 1813 existen 26, dos más en 1857, 32 en 1862 y 36 en 1886. La inmensa mayoría de ellos se encuentran en la salida hacia Baena formando un polígono industrial casi en exclusivo para esta actividad. Es por ello por lo que se conoce esa calle por “Los Molinos” compartiendo la denominación con calle Baena. 
Había otros repartidos por la población; siempre cercanos al río, y otros en su término. Tuve la suerte de conocer uno en perfecto estado, el molino de Las Cebaderas. He vuelto hace poco por allí y ya está todo destruido. Por entonces le dedique una reseña en mi blog:  http://historiasdecastrodelrio.blogspot.com/2011/11/cicerone-de-cicerone.html. 
Estas industrias han ido aportando durante años una cantidad importante de restos arquitectónicos. Estos mismos años, a su vez, se han encargado de destruirlos. La puntilla, la voraz actividad constructora de hacer un par de décadas. Inútil principalmente, ya que a mi modesta opinión, la población castreña no ha crecido y casi podemos encontrar el mismo número de casas construidas en terrenos recalificados, como casa vacías encontramos en el casco urbano. 
 En plan industrial la observación es la misma. Polígonos industriales sin desarrollar con nula disponibilidad de suelo. Agotados, frutos de la especulación y construcciones que para nada son las lógicas en estos lugares. 
 Hoy en día aun podemos encontrar en pie fachadas, cancelas, letreros cerámicos y otros restos. Alguno, aunque destinado a otras cuestiones mantiene algún tipo de distribución y arcos originales en su interior. 
 Cabe destacar el antiguo molino de Carbonell construido en la primera década del siglo pasado sobre otro más antiguo, El de Ramiro. Actualmente está convertido en Museo. Al parecer se habría respetado parcialmente su fachada, convirtiendo su torre de contrapeso en un mirador. 


 (Foto Carbonell) 
La empresa Carbonell. También instaló una gran fábrica en el llano Almagro de la que ya no existe restos alguno. 
Todo esto he tenido que escribir para encajar el asunto que me trae y crear contexto para mi tema principal que es el de” Las Torres de contrapeso de los molinos de Viga y Quintal”.



 Actualmente tan solo quedan dos de las muchas que se levantaron en este pueblo (También están casi desaparecidas en el resto de poblaciones donde se utilizó este método de presión). Son dos claros ejemplos de los tres tipos de torres que existieron (aunque me han dicho que en el Molino del Carmen pudiera conservarse aún su torre, que era maciza). 
 Tan solo cruzar el puente hacia la calle los Molinos a la izquierda visualizaremos una de estas torres. Es hueca y aun mantiene la hornacina, la capilla y los agarres de la estructura de madera que sujetaba los anclajes de la viga de presión.
(Foto Antigua Castella) 
 A unos metros y ya metidos en la calle nos encontramos una imponente Torre- vigía perteneciente al Molino de Agrofurisa. Actualmente en desuso.
 Se halla en muy buena conservación. Esta tiene una particularidad muy importante que la diferencia con otras de su estilo y es la de tener las escaleras por fuera de la torre.
 Estas Torres- vigías solían entrar en competencia con otras de su entorno por la altura, por lo que no podemos descartar que existieran otras de esas características. 
 Muy hábilmente y mejor gusto, el diseñador del edificio de viviendas de enfrente; donde antiguamente estuvo la fabricas de muebles de olivos de Joaquín Salido, ha creado un tipo de torre que sobresale de sobre él y que alberga el hueco del ascensor, creando visualmente una curiosa imagen. 
 La misma altura tiene; según mi opinión, la posible torre del molino de Carbonell . Esta aloja en su interior una vivienda y en la parte superior se aprovecharon sus vanos para hermosearlos con unas ventanas estilo mudéjar, resultando un curioso y bello mirador.
 El diseño arquitectónico de las torres de contrapeso de los molinos aceiteros variará en su decoración según el estilo (renacentista, barroco o neoclásico) y la época de construcción. Según el lugar donde se instalaran; algunas en el mismo casco urbano; la preocupación ornamental era más importante que las que encontramos en caseríos distantes. . Generalmente fueron levantadas con un tejado a cuatro aguas y aleros perimetrales, solían estar rematadas por un chapitel terminado en cruz y veleta. El acceso al mirador de las torres vigías se solía hacer por estrechas y empinadas escaleras. 
Estos elementos arquitectónicos que perduran, tan particulares y a la vez tan escasos, son señas de identidad de nuestro pueblo. (Foto moderna de las torres) 
Estamos tan acostumbrados a ellas que posiblemente nos resulte un apéndice más del paisaje que normalmente vemos a diario. Mimetizadas en su entorno. Puente, río, estatua. Ahora para allá, ahora cruzo el puente, ahora subo la cuesta de Los Mesones, ahora me asomo al Mirador.. Siguen allí, impasibles, sin que nadie les eche cuenta……………….. 
¡Escribe tú su final! 
Fuentes consultadas dignas de nombrar: 
 La Villa de Castro del Río 1833-1923. Aspectos Económicos, políticos y Sociales. Francisco López Villatoro. 
Guía de Córdoba y su Provincia para 1891 y 1892. M.Cabronero. 
Aproximación al estudio de la piedra molinaza o arenisca roja como material tradicional para la construcción de antiguas Almazaras en el Alto Guadalquivir Cordobés: Un análisis histórico-técnico de los molinos aceiteros con prensa-naves torreadas (1700-1900).Alberto Moreno Vega. 
Las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada. http://pares.mcu.es .


Después de escribir el articulo conocí esta foto donde podemos encontrar un montón de Torres miradores.

Diego L. Urbano Mármol.